viernes, 1 de mayo de 2009

LA PRIMERA LEY BIOLOGICA DE LOS SBS ANTES LA LEY DE HIERRO DEL CANCER


La primera ley biológica de la Nueva Medicina.
La Ley de Hierro del Cáncer.
La expresión Ley de Hierro del Cáncer está vinculada con la historia. Al principio, buscaba únicamente las causas y los efectos de las enfermedades cancerosas. Cuando en 1981, en Oberaudorf, cerca de Kufstein (3 años después de mi propio cáncer), descubrí la primera ley biológica, la llamé Ley de Hierro del Cáncer, con sus tres criterios.
Antes, se tomaba por cáncer un tumor con importante multiplicación celular. Se pensaba que las células cancerosas emigraban hacia otros lugares del cuerpo humano, las metástasis que finalmente no existen. Cuando se encontraron los médicos, cada vez más a menudo, confrontados con metástasis óseas, que son todo lo contrario de una multiplicación celular, dado que el hueso es lesionado, ya no se supo lo que era realmente el cáncer. El decano de la facultad de Tübingen contestó al juez, en 1986, durante el juicio de habilitación, que el cáncer se componía de células gruesas con un núcleo importante y que había mitosis (división celular). Claro que todas las células son gruesas antes de dividirse, casi el doble de las demás, y su núcleo es también dos veces más gordo que antes. Ya que de un núcleo saldrán dos, y de una célula gruesa, dos células normales. Se creía igualmente que las metástasis óseas, es decir de las cavidades óseas, de donde millones de células habían desaparecido, en lugar de haber creado nuevas células, no podían curarse y no podían rellenarse otra vez de tejido óseo (callo). Fue cuando los radiólogos constataron que, en algunos pacientes, que presentaban antes necrosis óseas, aparecían más tarde en sus radios, en los mismos lugares, unas manchas blancas. No sólo había más tejido óseo que antes (agujero), sino que era más espeso que en un hueso sano. Se llamó a estas manchas blancas, por oposición a las necrosis óseas, metástasis osteoblásticas (que aseguran la formación de la trama ósea). Las necrosis óseas fueron llamadas metástasis osteoclásticas (agentes destructores de la substancia ósea).
Ya nadie entendía nada el asunto. Las metástasis osteoblásticas no eran, a fin de cuentas, más que la curación de la necrosis ósea, igual que el osteosarcoma. No se mencionaba al osteosarcoma más que cuando se abría el periostio, por ejemplo para efectuar una toma. El callo que se formaba para rellenar la cavidad y que producía una presión en el interior del hueso, curvando el periostio (muy doloroso), se derramaba durante la intervención en los tejidos lindantes, las células del callo crecían y endurecían el tejido. Existía entonces un semi-hueso, que nombraban osteosarcoma.
Como siempre ocurre, cuando falta el conocimiento, se recurre a la creación de dogmas. Todo fue repartido entre benigno y maligno.
Fue en 1981 que hice saber que el cáncer, al contrario de lo que se pensaba, provenía de un choque psíquico inesperado, choque que toma al ser humano o al animal por sorpresa, lo que llamo el choque conflictivo biológico; aquel cáncer se desarrolla mientras exista el conflicto biológico y podría, en cuanto cese el conflicto, si se dejase hacer a la naturaleza, desaparecer espontáneamente.
Dejar a la naturaleza actuar, es por ejemplo el aceptar la presencia de micobacterias, no intervenir en el periostio, no emprender quimioterapia, ni rayos, ni tomar morfina. Todos aquellos tratamientos no son biológicos y contrarian el ciclo natural que funciona desde hace millones de años. Son responsables de las estadísticas del Centro Alemán de Investigación sobre el Cáncer, de Heidelberg: el 98% de las personas afectadas de cáncer y tratadas por ello mueren en los siete años, el 95% fallecen ya al cabo de cinco años.
Con la Nueva Medicina, el 95% de los pacientes no tratados (nada de quimioterapia, etc.) sobreviven. Para los animales, hablaremos del 80% al 90% de curaciones espontáneas si se deja hacer a la naturaleza. Antes de 1981, teníamos varias teorías en cuanto al orígen del cáncer, mas nadie se imaginaba que pudiese sobrevenir durante un choque conflictivo biológico extremadamente brutal, dramáticamente vivido en la soledad (no expresado, no escuchado, no oído). Sin embargo, aquella hipótesis fue citada ya hace varios siglos, en la Antigüedad, pero había caído en el olvido y considerada como no científica. Debo ser sincero: entonces, no conocía la quinta ley biológica. ¡No ocurre igual con el DHS (Dirk Hamer Syndrom) durante un conflicto biológico! El DHS pone en marcha el programa biológico adecuado de la naturaleza, llamado SBS(programa biológico especial), con pleno sentido. Siendo el DHS de gran utilidad, pues es el DHS lo que sienta las bases para que pueda desarrollarse dicho programa y sin él ese 95% no tendría la posibilidad de recuperarse.
Es muy importante, querido lector, comprender perfectamente el DHS, así, habrá comprendido la mitad de la Nueva Medicina. En efecto, el DHS será el eje, el polo de toda medicina por venir.
Primer criterio.
Todo cáncer o enfermedad equivalente al cáncer es un programa biológico especial adecuado (SBS) y empieza por un DHS, a saber un choque conflictivo biológico extremadamente brutal, vivido en la soledad. Se localiza en los tres niveles: psíquico–cerebral–orgánico.
Todo lo que no es cáncer es equivalente al cáncer. Quiero hablar de todas las enfermedades existentes, a sabiendas de que lo que llamamos hoy en día enfermedad es siempre una fase de conflicto (activo o solucionado). Ahora, podríamos llamarla: La Ley de Hierro de toda medicina. (Pero nos quedaremos con la denominación de origen).
El psiquísmo, el cerebro y el órgano constituyen el organismo entero. Clasificamos el organismo en tres niveles para trabajar mejor en cada nivel de manera científica y biológica. Ya que el DHS tiene une incidencia sincronizada en los tres niveles, debemos encontrarlo en cada nivel. Dado que queremos y debemos posteriormente reconstruir el DHS, el hecho de poder encontrarlo en los tres niveles constituye una gran suerte para nuestras investigaciones sobre el psiquismo y el órgano. El DHS lo desencadena todo. En el momento preciso del DHS son fijadas a la vez la localización en el cerebro y la localización del cáncer o su equivalente en el órgano. Pero hay que notar otro punto importante: son los raíles de los cuales hablaré más extensamente. Todo lo que siente el individuo en el momento del DHS, que sea por la vista, el oído, el olfato o el tacto, así como los distintos aspectos de su conflicto, quedan anclados en él y se pueden más o menos ver en una tomografía cerebral. Por ejemplo, una mujer diestra de 40 años sorprende a su marido in fraganti con una bella muchacha de 18 años en el lecho conyugal. Si quiere a su marido, tendrá probablemente un conflicto de tipo sexual, pero también tendrá un conflicto de desvalorización en relación con su pareja, con descalcificación del hombro derecho. Si no se trata de una bella muchacha, sino de una prostituta, el conflicto sexual seguirá presente, pero se añadirá un conflicto en relación con el compañero, que ocasiona un cáncer del seno derecho, y un conflicto de asco, ya que una prostituta estaba acostada en la cama del matrimonio, además de un conflicto de repugnancia-asco que ocasiona hiperglucemia.
Todos los distintos aspectos, que funcionan casi como el conflicto biológico mismo, con los distintos raíles, están presentes ahora. Lo que significa raíl: Cada vez que volvemos a sentir uno de los elementos del conflicto, volvemos a vivir el conflicto inicial y regresamos en el raíl. Ejemplo: el color del pelo, la forma de la cara, la silueta del busto de la amante del marido, su olor, su perfume, su voz, etc. recuerdan el conflicto inicial. En el caso de un encuentro posterior con cualquiera mujer recordándole aquella amante, la esposa se encuentra otra vez inmediatamente en el raíl. Esto despierta el complejo conflictivo entero. Es la razón por la que la búsqueda del DHS es absolutamente esencial para el diagnóstico. No basta con encontrar el DHS, mas nuestros estudiantes tienen también que rastrear cualquier recuerdo o sensación del enfermo, porque son muy importantes. Sólo podémos entender ciertas recidivas si conocemos los raíles que el DHS dispuso.
Segundo criterio.
En el instante del DHS, es el tenor del conflicto biológico que determina tanto la localización del Foco de Hamer en el cerebro (FH: configuración en forma de blanco en el cerebro y en algunos órganos) como la localización del cáncer o de su equivalente (SBS) en el órgano.
De hecho, el segundo criterio viene precisando el último punto del primer criterio: el contenido del conflicto biológico y la localización en el cerebro y en el órgano se determinan en el momento mismo del DHS. ¡El conflicto biológico es síncronico con los tres niveles, al mismo instante: es posible constatarlo, verlo, medirlo!.
El paciente no puede ignorar el DHS en el escaner si sabe de qué se trata, y es igual para con el médico. No se puede ignorar una configuración en forma de blanco en una tomografía cerebral. Al mismo momento del DHS, el órgano se ve igualmente afectado por una multiplicación celular o, en otros casos de cánceres, por una pérdida celular conduciendo a una úlcera o a una necrosis (tumor de la piel o de la mucosa).
Tal y como ya lo hemos mencionado, se nos ofrece ahora, por segunda vez, la posibilidad de prever el desarrollo de lo que llamamos enfermedad (y que reconocemos por parte del programa especial biológico adecuado previsto por la naturaleza), del mismo modo que se puede prever el desarrollo de un embarazo.
Tercer criterio.
El desarrollo del SBS en los tres niveles (psíquico, cerebral y orgánico) a partir del DHS y hasta resolución del conflicto (si hay solución) y la crisis epiléptica son perfectamente sincronizados.
Este tercer criterio hace de la Nueva Medicina, desde el principio, una ciencia, en el sentido de las ciencias físicas, naturales y biológicas. Nos permite reconstruir y reproducir cada caso médico, lo que nunca fue posible con la medicina convencional.

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